A/RES/74/218
Reducción del riesgo de desastres
que adoptó un amplio conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible y metas
universales y transformativos, de gran alcance y centrados en las personas, su
compromiso de trabajar sin descanso a fin de conseguir la plena implementación de
la Agenda a más tardar en 2030, su reconocimiento de que la erradicación de la
pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor
desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el
desarrollo sostenible, su compromiso de lograr el desarrollo sostenible en sus tres
dimensiones —económica, social y ambiental— de forma equilibrada e integrada y
de aprovechar los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y procurar
abordar los asuntos pendientes,
Reafirmando también su resolución 69/313, de 27 de julio de 2015, relativa a la
Agenda de Acción de Addis Abeba de la Tercera Conferencia Internacional sobre la
Financiación para el Desarrollo, que es parte integral de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, le sirve de apoyo y complemento, ayuda a contextualizar las
metas relativas a sus medios de implementación con políticas y medidas concretas y
reafirma el resuelto compromiso político de hacer frente al problema de la
financiación y de la creación de un entorno propicio a todos los niveles para el
desarrollo sostenible, en un espíritu de alianza y solidaridad mundiales,
Reafirmando además la Nueva Agenda Urbana, aprobada en la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III) ,
que se celebró en Quito del 17 al 20 de octubre de 2016 9, y reconociendo los vínculos
existentes entre la reducción del riesgo de desastres y el desarrollo urbano sostenib le,
Reconociendo la necesidad de adoptar un enfoque preventivo más amplio y más
centrado en las personas ante el riesgo de desastres, y que, para ser eficaces y
eficientes, las prácticas para la reducción del riesgo de desastres deben abarcar
múltiples riesgos y sectores y ser inclusivas y accesibles,
Reiterando el llamamiento hecho en el Marco de Sendái a que se lograra una
reducción sustancial del riesgo de desastres y de las pérdidas ocasionadas por los
desastres, tanto en vidas, medios de subsistencia y salud como en bienes económicos,
físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, las empresas, las
comunidades y los países,
Expresando su profunda preocupación por el número y la escala de los desastres
y los efectos devastadores que han tenido este año y en los últimos años, incluida la
pérdida de innumerables vidas humanas, la inseguridad alimentaria, las dificultades
relacionadas con el agua, el desplazamiento, las necesidades humanitarias y las
consecuencias adversas a largo plazo a nivel económico, social y ambiental en las
sociedades vulnerables de todo el mundo, que obstaculizan el logro de su desarrollo
sostenible, en particular el de los países en desarrollo,
Reconociendo que el riesgo de desastres es cada vez más complejo y sistémico
y que los peligros pueden desencadenarse entre sí con efectos en cascada en distintos
sectores y zonas geográficas, así como en los planos local, nacional, regional y
mundial, y que la interrelación de los riesgos en múltiples dimensiones y escala s y las
posibles consecuencias negativas no deseadas deben tenerse en cuenta en las políticas
e inversiones relacionadas con el desarrollo, haciendo hincapié en que esas políticas
deben orientarse a aumentar la resiliencia y lograr la sostenibilidad y los Objetivos
de Desarrollo Sostenible, y señalando a este respecto las conclusiones que figuran en
el informe del Secretario General sobre los progresos realizados para lograr los
Objetivos de Desarrollo Sostenible 10 , en el informe mundial sobre el desarrollo
sostenible y en el informe de evaluación global sobre la reducción del riesgo de
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Resolución 71/256, anexo.
E/2019/68.
19-22487